Martes 26 de marzo, nos dirigimos un día más a llevar la cultura y la música a los colectivos más desfavorecidos a través de nuestro proyecto #ConciertosInclusivos en colaboración con Fundación SGAE y SGAE Colegio Territorial de Madrid.
Hoy, estamos en el Comedor Social del Pozo del Tío Raimundo, sito en el barrio de Vallecas, con una artistaza de raza y estirpe, Marina Carmona, acompañada de Diego Illán a la guitarra.
El Comedor Social del Pozo del Tío Raimundo
El Comedor Social del Pozo del Tío Raimundo está gestionado por Mensajeros de la Paz. Es uno de los comedores más acogedores a los que acudimos por el trato y el buen hacer de sus directoras Laura y Verónica, así como la gratitud de sus voluntarios siempre atentos, sonrientes y amables con los comensales.
Es un comedor relativamente pequeño, familiar, y por desgracia, siempre lleno. Allí, a partir de las 13:15, de lunes a domingo, acude gente de todas las edades, incluidos niños con sus padres, para comer.
El concierto
En regla general, en un comedor social, impera el silencio. Los artistas que participan en los #ConciertosInclusivos, gracias a su música, son capaces de romper esta barrera y hacer que los comensales disfruten y olviden durante un momento sus problemas.
Esta magia se contagia también a los trabajadores y voluntarios que agradecen mucho la labor de los artistas.
En este caso, no iba a ser menos. Nada más iniciar la prueba de sonido, la voz de Marina y los acordes de Diego acompañandola a la guitarra hacen que los voluntarios y cocineros se acerquen para escucharlos.
La juventud y buen hacer de estos dos músicos les sorprende y les emociona, dándoles las gracias por venir y comentándoles lo bien que se lo van a pasar los comensales hoy en la comida.
Y efectivamente, así es… Después de unas palabras cariñosas de Marina y Diego hacía su público, empiezan una actuación de 10.
Saben que lo más importante es el disfrute de los comensales. No dudan en entremezclar canciones conocidas de Antonio Carmona, Antonio Flores, Edith Piaf… con canciones propias.
El público se anima, aplaude y les felicita por su música.
Poco a poco, el concierto va creciendo; Marina se mezcla con el público, baila y canta con ellos al ritmo de Celia Cruz y Antonio Vega.
Para finalizar y en plena ebullición, entre palmas, canticos y bailes, acaban con la canción “Color Esperanza” de Diego Torres, una canción que tiene un sentido todavía más especial en este Comedor Social del Pozo del Tío Raimundo, en Vallecas.
Se ve a la gente feliz, se hace una foto con Marina y Diego, hay emoción, hay alegría.
Otra vez nos asombra la felicidad que puede transmitir la música.
¡Gracias Marina, gracias Diego! Hoy, habéis hecho feliz a mucha gente con vuestro arte.
#ConciertosInclusivos o el poder de alegrar un día
Al final de cada concierto, siempre escuchamos esta frase: “Gracias por alegrarnos el día”.
La música tiene el poder fantástico de cambiar el animo de la gente. Con este proyecto, vamos a todo tipo de comedores y nuestros artistas se preocupan siempre del disfrute de los comensales eligiendo un repertorio musical alegre.
Los voluntarios, trabajadores sociales y psicólogos con quien hablamos agradecen y reconocen la importancia de estos conciertos para los comensales.
Esperamos poder seguir con esta iniciativa durante mucho tiempo.
Si quieres colaborar o actuar en #ConciertosInclusivos, no dudes en contactar con nosotros